Gracias por hacerme ver la infinita variedad de fantasías y de imaginar, y por dejarme contarles la mía.
Gracias por las frases ("yo lloro más con las películas que en la vida" es tan sólo un ejemplo) que concretizan tanto significado alterno.
Gracias por hacerse un hueco (de tiempo, mente y corazón) y demostrarme que hay emoción compartida en mi pleanear.
Gracias por ser complejos y compartir su complejidad con la mía.
Cuando esto sucede, es cuando me materializo las bondades de ir a trabajar.
Lo bien que caen esas pláticas!!! Y todas las botellas que faltaron (me conformaba con una chela). Ojalá no mueran esas pláticas-terapéuticas porque hacen mucha falta por estos rumbos oficinezcos.