El tema es que hemos puesto a nuestras fuentes de trabajo (hablo por mi) en un lugar en donde, por obvias razonez (que se vuelven obvias con el tiempo), no le podemos pedir todo y obviamente, nos damos cuenta que no nos puede dar todo.
Crecemos y nos empezamos a dar cuenta que hay cosas más importantes en la vida ( o más bien las empezamos a detectar tras quitarle al trabajo el sentido de santidad), y el mismo trabajo se da cuenta también que no nos puede dar eso. Es como cuando creces y te das cuenta de que tus padres no lo pueden todo y que al fin de cuentas no son super seres humanos sino simplemente, seres humanos. Y entonces llegamos a una especie de atorón emocional, y sucede como cuando una pareja se da cuenta que cada uno de los dos, va por caminos y con objetivos diferentes.
Te das cuenta que tienes ciertos valores, sentimientos, intelectualidades, pensamientos, ideas, emociones, objetivos que quieres mantener, que quieres crecer y que probablemente, él (el trabajo) ya no te lo puede (o quiere) dar.
Hay que ir entonces, o a terapia de pareja laboral y aceptar la maduración de los dos y detectar donde existen los encuentros, las limitaciones y los mutuos acuerdos y seguir construyendo y fortaleciendo las entrañas de la relación con base en esos encuentros, o de plano, aceptar que los caminos son muy diferentes, y que por el bien y crecimiento de los dos, hay que pensar en diferentes alternativas. Es normal cuando uno crece, darse cuenta que puedes ir en caminos diferentes, duele, sí, pero no es raro. Sucede desde los amigos de la primaria, secundaria, prepa o universidad, hasta las relaciones de pareja. Sería muy raro que no sucediar con un trabajo.
También hay que distinguir (en esa terapia de pareja laboral) que a veces, la relación se puede ver afectada por factores externos, que hacen que la dinámica se vuelva más complicada. Arreglando ciertos factores externos a lo laboral, tal vez, de carambola, los asuntos laborales se pueden ver beneficiados.
Hoy, por situaciones (estresantes) me encuento en un atorón.
Yo tan solo doy gracias que en el camino laboral, me he encontrado con tan buenas personas y puedo decir, muy buenos amigos. Gracias por la cerveza, la carne asada, la plática, las risas, los tequilas (más risas) y los brincos de banda (que en combinacion se reflejan en malestares estomacales, pero valen la pena).
En esta vida hay muchas más cosas, las quiero en mi vida.
Ojalá que este atorón sea tan sólo momentáneo... jajajaj y gracias x los brincos de banda! Es un gustazo trabajar y festejar con amigos, con gente tan padre.