Stephen Hawking podrá ser el astrónomo experto en hoyos negros, pero yo puedo decir que sé dónde se localiza uno, y también he confirmado qué puede hacerle a toda aquella persona que sea absorbida por él.
(9:40 am)
No sé como fue que salí de ese lugar. Tan sólo sé que ya estoy montado en la "camionetita" (hoy no es "camioncito") que me trae de regreso a este mundo tan real y tan común de nosotros los mortales! (bueno, tampoco me quejaré, este mundo tan " común" me dió la "papa" para poder viajar a ese hoyo negro!)
Imagino que algo parecido han de experimentar los astronautas cuando viajan de regreso a la Tierra (hmmm bájale dos rayitas mi hermano!!), pero la verdad es que estos 4 días fueron como un paréntesis en mi rutinaria vida.
Ví lo que nunca había visto, aprendí lo que nunca había aprendido e hice lo que nunca había hecho.
Voy rumbo al trabajo ahora, mi cabeza sigue "emrbiagada" del caribe (la poac fluidez de este escrito lo comprueba), tratando de minimizar el cambio de aire (por cierto, frío el aire toluqueño!) y tratando de asimilar todo lo que aconteció en caribeño hoyo negro.
Algo raro sucede (yo lo experimenté!) que cuando uno llega a tan "inimaginado" lugar, a uno se le quitan las ganas de hacer todo y le dan muchas ganas de no hacer nada. Cualquier actividad (sea la mínima de tomar la decisión de elegir el lugar dónde ir a comer o tan obligatoria como el enviar una tarea por la interné) se ve impedida por unas verdaderas ganas de no hacer nada.
Seguiré con la narración de las experiencias de un hoyo negro después. Sigo "embriagado" con el "tengo ganas de hacer nada" y como que no más no me sale nada!
Publicar un comentario