Algo que viene juntoconpegado en el ser curioso, es el preguntar, lo cual a mi gusta, disfruto preguntar así como disfruto que me pregunten. Pero sé que el preguntar no genera la misma satisfacción en las demás personas (las "cuestionadas") como la que genera en mí (el "cuestionador"), y esto también funciona de forma "viceversona"!. El problema está que cuando hay algo que realmente me interesa, hay miles de preguntas que se me generan en la cabeza, así como es el niño animal planet que está interesado en tiburones que quiere saber hasta cuál fue la forma en como le declaró su amor el tiburón a la tiburona! Sé que esto genera desesperación (aún mayor) en la persona o situación con la cual estoy realmente interesado. Pero esto (sin que el "pero" suene como excusa), lo hago cuando estoy (realmente) interesado en algo o en alguien, lo cual me lleva a querer conocer todo lo que rodea a esa persona (porque ya saben que tengo el problema de querer completar historias).
A mi me gusta que me pregunten (en la mayoría de las veces) y que me hagan darme cuenta que no sé la respuesta (en la mayoría de las veces), porque eso me da una oportunidad de llenar ese hueco. Sé que genera miedo el darnos (darme) cuenta de que existe ese hueco en nosotros. ¿Será por eso que tal vez nos desespera que los niños pregunten tantos "¿por qué?", porque nos da miedo darnos cuenta que no tenemos las respuestas?
Sé que yo también me desespero y me siento arrinconado cuando me hacen preguntas importantes de las cuales no sé la respuesta (y que me gustaría correr del rol de"El cuestionado"), pero sé que tengo que buscar la respuesta, por lo tanto al final, es una situación que me asusta pero me gusta (como diría Ana Bárbara).
Hoy en mi trabajo (hmm y en mi vida personal) hago preguntas (por gusto o por obligación es parte de mi descripción laboral). Sé que desespero a la gente, no es mi intención, sólo necesito que lleguemos a respuestas. Lo que me lleva al pequeño paréntesis bloguero de que creo que la diferencia que existe en México en lo que respecta a la comparación con el desarrollo logrado por otros países o sus poblaciones, no recae ni en el talento, ni la capacidad mental, ni la fuerza soñadora de nuestra gente, al contrario, lo lamentable (y he aquí la diferencia) es que todo eso lo enfocamos en los "qué", pero casi nunca lo enfocamos en los "cómo". Deberíamos pensar más en los "cómo" que en los "qué".
Pero bueno, regresando al post ja!..este año para mí , como ya he mencionado en este clandestino blog, es el de las respuestas, y para eso voy a tener que preguntar y estar abierto a que me pregunten, aunque me dé miedo.
Hay cosas para las cuales no vamos a tener las respuestas, pero eso no quiere decir que no nos hagamos las preguntas.
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