En una revista de altura (y no por la de sus contenidos, - aunque debo admitir que no está tan mal - sino por que se encuentra a 30,000 pies sobre el nivel del mar) estaba leyendo (antes de quedarme dormido y de escribir este post), un artículo acerca de la diferencia entre amar y querer. Podemos entrar en filosofías antiguas o cotidianas (me salen mucho mejor las cotidianas!), pero el punto es que encontré ciertas frases que me llamaron la atención.
“El amor es la ausencia del egoísmo” (dice la revista que lo dijo Erich Fromm -disculpen la ignorancia, no sé quien sea, pero me llamó la atención la frase-). Bueno, el artículo continúa diciendo que para poder amar uno tiene que cruzar diferentes etapas. Primero está el conocimiento, luego la comprensión, luego la aceptación y al final viene el amar. Es decir, según esta cadena de pensamiento, no se puede amar sin conocer, sin comprender o aceptar.
Otro aspecto interesante que menciona esta revista de aerolínea es que “querer es un acto egoísta, ya que es desear algo que nos interesa...amar, en cambio, es un acto altruista, pues consiste en dar...queremos cuando sentimos una carencia, pero amamos cuando sentimos plenitud”.
Creo que el artículo tiene cierta razón, para poder dar hay que tener, si uno no está balanceado, lleno, pleno, feliz, y no me refiero en el aspecto interpersonal, sino en el primario, en el íntimo, en el personal, en el del interior, en el de uno mismo, pues es difícil tener algo que ofrecer. O sea que para amar hay que estar bien con uno mismo (ya sé, lo han -hemos- de haber escuchado miles de veces, pero pues a veces lo más obvio se le olvida a uno).
Aquí creo que entonces hay un “problema” cuando las dos personas están en necesidad de ser amados. Pues la pregunta que surge es: ¿quién da? si los dos están tan necesitados de recibir.
Ahora que leo, me estoy dando (más) cuenta, de que por situaciones de la vida tan extrañas, quise y quise mucho, y de que necesité, mucho, muchísimo (“disculpen las molestias que esto le ocasione”), pero que no me centré como debí haberlo hecho en buscar ese balance interior y en llenarme a mi mismo, en buscar esa integridad desde adentro para ser feliz y para poder tener mucho más que ofrecer y compartir toda esa felicidad. El balance tardó en llegar y tardó un poco más en verse notar, y cuando esto sucedió, pues ya no me alcanzó, y pues aún muy a mi pesar, pues ni modales, "arriba y adelante" diría JoLoPo.
Demandé mucho y ofrecí poco. No pos no, ni que fuera Carlos Slim!
Ahora quiero estar bien conmigo y tener mucho (reteharto) que ofrecer. Ahí la llevo, ahí la llevo (ahí la llevaba ja!). Lo que faltará (sin ánimo de tirarme al piso para que me levanten -no es el caso de este reflexivo post-) es nada más que alguien se interese en lo que haya en oferta (“pásele, pásele marchantita, aquí no habrá de todo, pero lo que hay, es de puritita calidá”).
Este año es año de encontrar respuestas, y dentro de esas respuestas, espero que esté la de la continuidad a ese balance tan necesario que he tratado de venir construyendo (“ah, pero si tú no tienes llenadera caramba!” “bueno, ya!!, si no está tan fácil chingao!”). Bueno, algo positivo de esto y la buena señal, es que ya pasó febrero, y que ya están acá las aguas de marzo!
PD Por cierto, en esta aerolínea más que ir en un vuelo de A a B, parece toda una reunión casera entre amigos: chescos, chelas, papitas, y la tele con videos musicales. No es que me moleste, al contrario, me llama la atención de forma positiva.
PD2 Zaz, en lugar de estar escribiendo esto, debería estar armando la presentación que según esto vine a hacer acá a regias tierras (“estás viendo y no ves!”
PD3 Dios, por qué creaste la turbulencia?!?! pero qué necesidad!!
Nota: Este post fue escrito en el avión, pero subido cuando llegué a tierra! (no vayan a creer que era un loco insensible intentando, a través de la red inalámbrica de mi compu, que nos fuéramos todos al carajo!)
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