Hoy me sucedió algo tremendamente extraño cuando dormía. Tuve un sueño en el cual, alguien que nunca había aparecido en uno de ellos, me dió un mensaje. Esa persona (quien creo fue la persona totalmente correcta para hablarme), en un entorno extremadamente real, me sentó a la mesa del comedor y me habló de un tema bastante interesante.
Yo mismo, justo cuando terminó esa plática, me desperté y sentí que un "20" de esos de 30 kgs. me había caído dentro de mi cabeza. Abrí los ojos y hasta estaba temblando un poco por la realidad en la cual había sucedido el sueño y del tamaño del engrane que había hecho "click" en mi cabeza.
El tema del cuál me habló dicha persona, es la búsquda de la seguridad. Me comentaba que cuando uno pasa por situaciones complicadas, lo que uno busca, es rodearse de personas que sean como especie de pilares o anclas, que te ayuden a darte seguridad, que te den un punto de apoyo, y que no compliquen más ese remolino o tormenta mental que uno pueda traer, sino todo lo contrario, que te ayuden a calmarla. Esos pilares o esas anclas, pueder ser desde un amigo, la familia, o incluso hasta alguien totalmente nuevo o ajeno al pasado reciente de uno.
Esta persona que me habló en mi sueño, me hizo ver en su plática, que yo he sido muchas veces ese pilar o esa ancla para varias personas, pero que ahora (y porque es totalmente normal en la vida) no tengo la fuerza suficiente para serlo como me gustaría, y que al contrario, el hecho de tratar de serlo, puede alejar un poco a las personas que pudieran estar en circunstancias parecidas a las mías. El punto es que necesito por ahora un poco de esos otros pilares para tener toda la fuerza que en el pasado, he tenido.
Sé que es un proceso natural en la vida, que no tiene nada de malo a veces ser quien necesite de esos pilares y no ser uno el proveedor de esa seguridad (creo que es totalmente sano, entendible y parte de un proceso de renovación y crecimiento en la vida). Además creo que en ese proceso de crecimiento personal, uno se da cuenta que no necesariamente siempre uno tiene que jugar exclusivamente uno u otro, sino que se tiene que tener la suficiente fuerza y madurez, para aceptar que se puede estar de los dos lados, incluso al mismo tiempo. Es parte también del crecimiento personal de uno aceptar que a veces se necesita ayuda y no siempre estar forzando esa seguridad y fortaleza. Al final, el dar apoyo y recibir apoyo, son vasos que se comunican uno al otro y tienen que estar en balance.
Sé y siento que todo va por buen y mejor camino, que la fuerza está regresando y que pronto estaré para poder jugar esos dos roles. En el proceso, realmente una disculpa por las molestias que esto ha ocasionado. Dentro de la búsqueda de la fortaleza, hay que aceptar que a veces uno es débil.
Ahora, terminando este post, vamos en camino por nuestro caballo rampante amarillo. Algo totalmente nuevo empieza. Me siento muy bien y me siento todavía mejor que esto está inyectando de una vibra muy positiva a quines comparten este (nuevo y a la vez extraño) sueño.
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