Muchas cosas sucedieron en este mes, cumplí por segunda ocasión treinta años, y esta vez, rompiendo un miedo que me ha acompañado desde los 6 años. Crucé ese miedo pasdo (pero eternamente presente) no por un desplante de valor personal, sino por el empuje que me dieron los que hoy, más que compañeros de trabajo, son compañeros de vida, linterna, pasamanos y garrotes combatientes de miedos infantiles y de la vida adulta.
Fueron pocos, pero fueron muchos. Nunca esperé un regalo así. Nunca esperé ese abrazo de imágenes, pero especialmente de palabras, de honestidad y de apertura. Nunca esperé lo que me dijeron familia y amigos (que al fin y al cabo, es redundancia), lo que me expresaron, lo que me hicieron sentir, lo que hicieron conmigo. No pude contralar el llanto alegre, de sorpresa, pero principalmente, de un agradecimiento total.
Maestros, amigos, familia, amigos, compañeros, amigos. Todos ahí, personas que fueron y son clave en mi vida desde que yo era niño, y que no sabía que yo, de alguna u otra forma, había también sido clave en su vida. La sorpresa basada en la entrega, en la apertura, en el compartir historias que no recordaba que habían sido compartidas, o que más bien, no sabía que ellos las acumularon en sus recuerdos de vida, como experiencias compartidas.
Lloré y reí. Abracé y me abrazaron. Hablaron y yo callé. No recuerdo haber recibido mejor regalo. Soy difícil de sorprender y me sorprendieron por lo que hicieron por mí y por lo que me dijeron. No lo esperaba. Me sorprendieron porque no me daba cuenta de cuánto lo necesitaba.
Al fin me hicieron pasar el mejor cumpleaños, con el mejor regalo para enfrentar todo lo que venga.
En verdad, se los dije, y se los vuelvo a repetir: Gracias, no saben lo que significó para mí.
...
Ayer me dijeron que uno no podía ser amigo de todos. Tal vez. Pero eso no quiere decir, que uno no haga el intento.
...
Parece que a todos a mi alrededor, les ha llegado la primavera. Me da gusto por ellos. En verdad. Yo, para bien y para mal, prefiero el otoño. Y si es un otoño a las 19:09, mucho mejor.
...
Fácil es celebrar la felicidad ajena cuando se tiene la propia, es más, es acción obligada. Pero celebro y admiro a quienes celebran la felicidad ajena, cuando no tienen la propia.
...
Los hijos siguen llegando. Más amigos míos se encuentran en su vida con el regalo de ser padres materializado ya sea en el nacimiento o en la noticia de que ya viene en camino. Felicidades de todo corazón.
...
Me he dado cuenta de que ciertas manifestaciones en el último piso, han regresado con suave pero penetrante ruido. Gracias a Dios (y al Master & Commander), los trabajadores del último piso, han sabido como responder.
...
Argentina, Brasil, y próximamente Francia, han acompañado mi experiencia profesional en este último mes. Es un gusto sentir que quieren ser parte de la familia, y que con todo corazón, han aceptado el corazón mexicano que quiere aprender de todos ellos.
...
El gran manzano de color plata parecer dar dulces y deliciosos frutos. Espero esté conmigo y con su sombra, por mucho tiempo.
Publicar un comentario