Cuando recibí su correo y ver sus fotografías en pleno puerto, rodeado de contenedores y hombres vestidos de naranja, e incluso con un casco en su cabeza, pensé "yo nunca podría hacer eso", pero más que pensarlo en un tono de burla, la verdad es que fue una exclamación interna de total admiración.
Y empecé a pensar en todos los demás casos en los que me ha venido a la mente esa frase. El ver que la gente se casa a la edad que yo tengo (!!!!), el conocer que alguien puede aventarse a sacar el cuchillo de la cabeza enterrada de un paciente (el méxico profundo!), el saber de alguien que se va a Alemania a conocer a una desconocida. O el ver a un albañil construir una casa, o el trabajar en una maquila o el que una persona trabaje de velador y duerma 3 horas al día.
Hay tanta cosa allá afuera, que cada vez disfruto más el que a mi mente llegue: "yo nunca podría hacer eso".
Hay quienes me han dicho "yo nunca podría tener un blog", y lo dicen en serio. Qué bueno que tú ya abriste el tuyo. Y por favor no te cases (¡¡!!) ni decidas que ser velador es lo tuyo.