En provincia sí pasan cosas raras.Ejemplificaré.
La mejor estrategia de márquetin es la de un "cheroguaripudo" (ooooooooooorale!!) o "cheroconcachucha" (oooooooorale!!!) con bota de cola de lagarto que con micrófono en mano y enmarcado por tubos de tela que crecen con la infusión de aire, invita a los paseantes a entrar a una tienda. ("ah, hay música y un 'cheroguaripudo'! la tienda debe estar chida ,aique entrar vieja").
En provincia uno no pide "me da los 'naiqui' en 43". No, en provincia uno está media hora frente un aparador tratando de descubrir las diferencias entre par y par (que están tan "a-parecidos" que no sabes cuál es cuál) y preguntar a amable señorita: "me puede enseñar el modelo #2345 en 7 americano porfavor?".
En provincia uno no necesita ser hijo de la Tatis Corcuera o de un pseudo político (que ahora lo pseudos es ser) o amigocha del buen cardenal para casarse en Catedral en misa en sábado a las 6 de la tarde (la más concurrida!)
También en provicincia uno puede ir a "misa" (cuando la boda de una amiga llama). Por cierto, me sorprendí que todavía vienen a mi cabeza en forma de "recital" oraciones que de chico repetí "ene" cantidad de veces (al parecer escribir 100 veces en la cabeza de uno si sirve para recordar! eso no quiere decir que para sentir o entender, pero sí para recordar). En fin, en provincia uno puede ir a misa y escuchar a un apasionado padre decir: "ahí tienen, las perversiones del mundo que hacen que se casen hombres con hombres (sic); ya lo están haciendo en la capital, pronto veremos esas perversiones por acá (sic)". Chale.
No lo puedo negar, la vida en provincia está llena de colores, experiencias, sabores, palabras, amistades y "padres" del siglo XIX (que no no son muy "padres" que digamos) que hacen que el fin de semana de uno sea realmente diferente.
Este fin dije "pantalonera" y dije "reburujado", comí "chileconqueso", carne asada en la noche, bailé ranchero y me la pasé bien "suave".
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