Ayer en comida laboral surgieron varios y la previa conclusión.
"No entiendes el dar la vida por alguien hasta que no tienes un hijo", "te preguntas ¿por qué no los tuve antes?" "ya no me imagino mi vida sin mis hijos" "uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido".
Yo aporté el último, mis compañeros, los primeros.
Son muchos, tan variados y tan fuertes como cada una de las etapas que uno tiene marcadas en su trayecto personal.
Mis clichés, mis verdades, las de ahora, las que me aquejan, tan fuerte y no tan repetidas, son las que se refieren no al mundo de la paternidad (y espero que esto no sucede no sea en buen tiempo!) sino al de la relación interpersonal, hombre - (vs) mujer.
Espero que los clichés de "todo pasa por algo" y "todo estará bien", no sean parte del imaginario cocowashesco inventado para la salud mental del individuo, si no que realmente sean verdades fuertes y repetidas y que anhelo, que se aparezcan pronto también por acá.
Los clichés son visto como algo repetido, aburrido, incluso que no queremos que se repitan, que no se aparezcan, que nuestros "clichés personales" sean únicos y solamente aplicados a nosotros y no a los demás, no queremos ser parte del cliché colectivo.
Que sea lo que Dios, o el cliché, quiera.
más bien lo ideal sería que fuera lo que uno anhelara no? porque caer en un cliché o dicho popular simplemente nos limita y podemos dejar a un lado los sueños!
Creo que dentro del cliché están muchos anhelos personales. Al final el verdadero cliché termina siendo lo que uno necesita y siente que va a vivir.