En días pasados debo admitir que mi atención se quedó enclochada entre 2ª y 3ª, en el impacto que las reacciones de los otros tenían en mí, y cómo eso me llevaba a pensar que mi vida no es mi vida, sino "nuestra" vida (un "nuestro" formado por mí, l "otro" conocido y desconocido). Pero hoy me doy cuenta que ese impacto es redondo, de ida y vuelta y que más que un sentido de reflejo, tiene un sentido de esculpir. Me explico.
En mi afán por sólo analizar lo que el actuar de los "otros" genera en mí, no me dí cuenta lo que sucedía en el otro carril, es decir, lo que mi actuar genera en "los otros" (y que al final se viene de regreso en un sentir en el mí nuestro). Pero en estos últimos días (y estos últimos días a su vez me han recordado las últimas semanas, meses, años), me he dado cuenta de mi actuar, consicente o inconsciente (nuestra revancha de los otros, le llamaré) y el impacto que eso genera o ha generado en el actuar de los otros.
Me han reflejado cosas que sabía o desconocía de mí, cosas que intentaba y cosas que no intenté, pero que al final, todo ese actuar (o falta de acción), generaron reacciones en los demás.
Afirmaciones venían hacía mí: que si me cae bien alguien, que si mi vestir no refleja madurez, que si no sé escuchar, que si soy muy reventado, que si soy muy coqueto (hágame ud. el fabrón cavor), que si soy gay (que por cierto, si hay algo que sé en mi vida es esto, que si fuera mujer, sería lesbiana!, así que chavos, lo siento), que si estoy loco, que si soy "churrito" (no sé que sea, pero lo dijeron), que si estoy tan sesgado a un lado como caballo en alameda, etc, etc, etc.
Los juicios (o digámosme percepciones o sentimientos despertados, no seré tan prejuicioso) de los demás, me reflejan que no tengo consciencia de lo que realmente soy (y aquí vuelvo que yo no soy "mí", sino "nuestro"). Pero al fin y al cabo, todo eso que me llega de los otros, que a la vez salió de nuestro "mí" (ah pero que buen desmadre!), no son mas que "señales" que me van guiando en el trabajo de esculpir (un tanto a ciegas y con manos de "otros") lo que deseo que "nuestro" yo sea.
Así que agradezco a todos los que me dijeron que si era gay, que si no sé escuchar, que si me cae mal alguien, que si me falta política, que si no me sé vestir bien, que si necesito ir más lento, que si necesito ir más rápido, que si soy buen jefe, que si soy buen amigo, que si no hablo, que si me quedo callado, que si hablo mucho, que si soy irreverente, que si soy "churrito", que si estoy tan sesgado a un lado como caballo en alameda, que si estoy loco, que si soy muy coqueto, o que si sé lo que estoy haciendo.
Todo esto, reflejo que me guste ver o no, al final me ayuda a analizar si debo pulir, agregar, desechar, potenciar, importar, exportar, seguir escuchando o decidir ser sordo, aspectos de mi vida con las que al final me sienta yo a gusto y más feliz, y sobretodo, que logre, lo más que se pueda, la congruencia entre el "yo deseado" y el "yo nuestro" (el que es público, conocido, para mí y todos). Así que por todo esto, de corazón, Gracias!
Nota al lector: No crea que esta pista intenta sonar filosófica, ni intento hacerla una pista pseudo-intelectual, lo que intento, es comprenderme un poco más.
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