Todos hablamos de política (y más en estas épocas, que gracias Dios, ya se terminan la semana que entra), pero cuántos de nosotros nos hemos metido a leer las propuestas o incluso, los fundamentos o visiones dieron origen de cada uno de los partidos? (yo, no las he leído). Todos criticamos a Aguirre y la selección, pero ¿cuántos sabemos verdaderamente de fubtol? (yo sigo sin poder distinguir entre un medio delantero y un delantero). Un ejemplo claro de esto los podemos ver desde los debates políticos ("Me ha dicho Lavestida, me ha dicho mariquita"), hasta las pláticas de café universiatario ("López Obrador es un pendejo") o las que suceden adentro de un taxi ("El presidente es un pendejo"). Al final nuestras discusiones se basan en ver cuan pendejos son más los unos que los otros. Sí, no hay mucha información allá afuera, pero ¿qué tanto estamos nosotros dispuestos a buscarla?. La info peladita (masticadita, eructada, vomitada) y en la boca.
"Porque lo digo yo" termina siendo un argumento válido en nuestra sociedad. Nótese el sentido de que el "yo" manifiesta el puesto (ganado o no) de quien lo dice. El jefe, el diputado, el CEO, el policía, etc, etc, etc. "Es que tú no sabes", termina siendo otro "argumento", y esa frase, se utiliza para automáticamente que quien la dice, quede escudado detrás de un halo perceptivo de "uta, de seguro él sí sabe", y por lo tanto, no se le cuestione.
Otro tema es que en México le tenemos un miedo (para no llamarle pavor de niño en la oscuridad frente a un armario de abuelita) a la crítica. Si alguien piensa diferente a nosotros, la respuesta es de nuevo la descalificación ("ora!, tampoco me estés pendejeando eh?!") ya sea física o verbal. Todos podemos tener ideas brillantes e ideas bastante opacas, pero eso no nos quita que tengamos una opinión y podamos aprender de ella y de la de los demás, pero creemos que si critican nuestra idea o nuestro punto de vista, nos están criticando como personas.
Nos quejamos de que los políticos no tienen propuestas y se la pasan descalificándose unos a los otros. Bueno, me gustaría que viéramos lo que sucede en los pasillos de las oficinas, de los grandes corporativos, de las escuelas, de los vagones del metro y es muy probable, que nos demos cuenta, tal vez que en muchos de estos lugares, sucede exactamente lo mismo: la descalificación, la conjugación (excepto en primera persona) del verbo "pendejear", el "proque lo digo yo", el "tú no sabes nada", son los "argumentos" comunes en las discusiones que tenemos a diario. El punto es que nada mas que la discusión política, la vemos en la tele o en cientos de miles de mantas, pendones, espectaculares o volantes. Pero si pusiéramos una misma discusión entre oficinistas, tal vez sería la misma, o inclusive un tanto peor.
Hay que educarse, leer, asimiliar, razonar, explorar, escuchar, aprender,y más importanca, aceptemos las áreas en las cuáles seamos ignorantes (no tiene nada de malo aceptar que no se sabe), eso nos dará mayores bases, por lo tanto unamayor autoestima (aceptémoslo, tenemos como país, una autoestima bajísima), y por lo tanto mayor madurez para poder desarrollar una mejor comunidad. Empecemos por nosotros mismos y después por nuestras áreas de influencia, trabajo, familia, amigos.
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