Imagino que tal vez, como todo, tendrá pro's y contra's, lados felices y lados tristes, derechos muy chingones a disfrutar pero grandes, grandisimas responsabilidades. La verdad es que no lo sé, pero como todo en la vida, imagino que no ha de ser (nada) fácil. Pero pues me gustaría saber como se siente en la realidad.
En estos últimos posts, inmersos en este caleidoscopio emocional, me entró la curiosidad. Esa curiosidad igual a la que le da a un niño.
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