Este viaje tiene, además de los reencuentros con los viejos (pero siempre renovados) amigos y las comidas con la familia, un aspecto bastante especial, el cual es empezar a quitarme el miedo para realizar uno de mis (más recientes) sueños: dar la vuelta al mundo.
Me comenta mi padre que nuestra co-inversión es amarilla (dicen que el que se viste de amarillo, en su belleza confía ja! bueno, que bueno que es amarilla, porque las rojas con llamas a los lados, corren más rápido y ahorita, pues vamos despacito). ¿Me pregunto si habrá de esas rueditas que se ponen a los lados?
Tengo un poco de miedo pero a la vez, estoy muy entusiasmado.
Empieza mi (nuestro) "Long Way Round" (he aquí una muestra del poder que tienen los -buenos- programas de TV sobre uno! ja!).
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