Yo mismo me había hecho esa pregunta muchas veces en los días y semanas anteriores, y ya llevaba días pensando y tratando de descifrar esa (nada fácil) respuesta. No contesté en ese momento, pues creí que no era momento.
Pero en esta pista (aunque todavía no sé si sea lo más conveniente), responderé a esa pregunta "1,2, 3 por mí y por todos mis amigos". Hago esto principalmente por mí, ya que pues a mi me ayuda poner (todavía) más en orden al departamento del último piso (al final, es un poco la razón de esta pista). Como dice el Master & Commander: "primero uno tiene que identificar lo que sucede, darse cuenta de lo que acontece y después, responsabilizarse de ello". Y eso es lo que estamos haciendo en esta pista (a veces me pregunto si debería hacerlo más en privado, pero pues, ¿no se supone que esta pista es clandestina? ja!)
Enlistaré entonces las razones que he encontrado (no sé todavía si son todas) de por qué mi actuar ha cambiado con el paso del tiempo (no están en orden de importancia, más bien creo están en orden cronológico -creo!-).
Ahí les van chavos (trabajadores del último piso y piso medio, listos?):
ANTES DE LAS TIERRAS DE COLOR ROJO
- Porque al principio, aunque muy difícil, tenía un montón de cosas apelmazadas en el departamento del último piso (uds lo saben mejor que yo mis chavos) y pues eso estaba bloqeando muchas cosas (incluso, entre tantas otras cosas, impedía a las raíces de dolor, tomar acción -en palabras cristianas, no estaba conciente del tremendo chingadazo que se había generado-).
- Porque en ese momento, de alguna u otra forma sabía que el tiempo sería el mejor guiador (y sanador?) de todas las partes involucradas (claro, yo tenía a las tierras de color rojo a la vista y eso ayudaba en demasía).
- Porque sentía también en ese momento, que ese mismo tiempo estelar daría paz y tranquilidad a la estrella de color verde (y eso a mí, me daba tranquilidad).
- Porque también sabía que había un montón de lugares en los cuáles la estrella de color verde deseaba iluminar con sus rayos, y pues yo quería que esos otros lugares de este (y otros) mundo(s), recibieran esos rayos de color verde (y eso me daba una extraña alegría compartida).
- Porque aunque difícil para mí, venían las aguas de marzo y las tierras de color rojo; y eso, mantenía mi mente y mi corazón ocupados y de cierta forma, entusiasmados.
- Porque de cierta forma, a través del cyberespacio, pude compartir las tierras de color rojo hasta el manto estelar, y eso me daba mucha felicidad. No quería compartir las tierras de color rojo con nada ni nadie más que con mi cielo diurno de estrellas y esa estrella (que a la vez son tres) de luz verde, y sentía que de alguna forma, lo estaba podiendo hacer, lo estaba compartiendo. Esto me daba felicidad, paz y tranquilidad.
- Porque a través del cyberespecio, recibía rayos de la vida de la hermosa estrella de luz verde y así como yo sentía que mi españolestelar era entendido y de alguna forma aceptado por ella, yo también recibía mensajes en polvo estelar que sólo yo entendía y aceptaba.
- Porque de alguna u otra forma en ese momento sentía (tal vez inocente o egoistamente) que los rayos de luz verde se aparecían (o se aparecerían pronto) por mi ventana.
- Porque después de regresar de las aguas de marzo y las tierras de color rojo, muchas cosas se ordenaron en el departamento del último piso y eso hizo que se empezaron a desbloquear (no a la velocidad que hubiera querido) cosas dentro de otros departamentos.
- Porque después de las tierras de color rojo, las prioridades fueron mucho más claras en mi vida (la primera, era volar al cielo y empezar, poco a poco, buscar acercarme a esa estrella de luz verde de nuevo). Y esas prioridades hicieron que las cosas adquirieran su real y verdadero tamaño.
- Porque en el momento en que me dí cuenta que los rayos de luz verde ya no se aparecían a través de mi ventana (ni a través del cyberespacio) me dí cuenta de todo lo que significaban para mí (sí, el tipiquísimo cliché de "uno no sabe lo que tiene..." sí, sí, sí, ya sé...), y pues me dió una gran tristeza pues ya no estaban presentes. Y eso, chocaba con mi objetivo de las tierras de color rojo, el cual era abrir con fuerza mi ventana y volar al cielo.
- Porque al darme cuenta que la luz verde de esos rayos de estrella ya no brillaban para mí, sino que lo hacían de alguna u otra forma para alguien más, me dió una tristeza (por resumirlo en una palabra) enorme (sería infantil e inocente el no aceptar esto).
- Porque me dí cuenta que me hacía feliz el tratar de hacer brillar a esa estrella más, y al darme cuenta de que al parecer mi actuar estaba logrando algo opuesto, y que ya no era mi responsabilidad hacerla brillar más, pues ya no supe bien que hacer (como dicen por ahí, "me quedé 'enclutchado' entre segunda y tercera").
- Por último ( y esto sí es lo MÁS importante y no está en orden cronológico), porque al desbloquarse muchísimas cosas dentro de mí, así como cual río Grijalva en temporada de lluvias, se desbordaron una cantidad de sentimientos hacia esa estrella que llevaban meses (casí podría decir años) que estaban esperando salir; y pues la verdad, lo único que quería, era hacerlos llegar (por telescopio, rayo láser, ondas de radio, Interjet, o de plano, en trasbordador espacial) hasta esa estrella verde. Ahora desbordado todo ese torrente sentmiental, pues se me ha complicado mantenerlos en cause y que no haya familias damnificadas (ya estamos ahí trabajando con tortons, camiones, tractores y excavadora, ahí la llevamos).
Publicar un comentario