Toda (des)construcción mental, empezaba con "¿qué platicaría con (ponga aquí el nombre, que va desde J.S. Bach hasta Sting) si me lo encontrara?". Y debo admitir que me entretenía bastante el tratar de formular las preguntas que les haría. Me dividía entre hacer la pregunta más inteligente (claro, tenía a Bach enfrente!) o la más banal (pensando que todo mundo intentaría hacer la pregunta "más interesante" y yo sería quien traería a sus vidas, la trivialidad de la cual personajes tan extraordinarios, no eran víctimas desde hace tiempo).
En fin. Todo tipo de personajes pasaron por mi mesa de café, sus sobremesas y mis inteligentes (y banales) preguntas y respuestas.
Sigo teniendo esas conversaciones. Pero ahora me doy cuenta que esas conversaciones ya no son con los grandes héroes (heroínas) que admiré, sino más bien, con personas del día a día, comunes y corrientes igual que yo, pero a la vez, igual, o incluso, (mucho) más importantes. Ya no es Sting, sino la chica que acabo de conocer, conocí o voy a conocer. Ya no es Bach, sino amigos pasados que no he visto hace tiempo.
¿Será que esto me sucede porque mi imaginación de niño, se pierde? o será porque mi imaginación de niño ¿se mezcla con la de las necesides del adulto?
Hoy he tenido muchas de esas conversaciones con personajes realimagianarios, siempre empezando con la frase: "¿qué pasaría si me encontrara a ...?"
Me encanta la publicación, suena desde lo más profundo de ti y retumba como un eco! XD
Yo creo que en el transcurso de la infancia a la adultez ocurre la magnificación del niño que llevamos dentro, pero no por eso muere o desaparece, él continua dentro de ti
También creo que la niñez se puede perder, pero no cuando una persona se desarolla sanamente y desde el amor propio, pierdes tu infancia cuando olvidas esa despreocupación por el "qué dirán"