En fin. Hay muchos tipos de cumplidos. Están los que te sacan una sonrisa, los que te hacen sonrojar, los que te llegan a prender (para bien y para mal) y otros, que no los había clasificado antes, que son aquellos que te hacen comprometerte contigo mismo.
Pensaba que los cumplidos eran de una sóla vía, una flor, una caja de chocolates (o en mi caso un snickers o un twix), un presente sin ningún tipo de compromiso de vuelta. Pero no, me dí cuenta de que sí exiten este tipo de cumplidos que te piden cumplir contigo mismo. El viernes me hicieron uno, y a la vez de que fue un gran halago, generó en mi un gran compromiso.
En fin, una persona me dijo que yo era "la persona más congruente que conocía". Agradecí sorprendido (obvio con unas ganas mías de concebir que esa congruencia a la que se refería, era algo positivo; pues ahí tienen a Hitler, era altamente congruente con lo que creía!) y a la vez reflexioné.
Agradezco ampliamente el cumplido y acepto el compromiso que con eso viene. Y lo primero es, como diría el Master & Commander, ser conrguente entre lo que uno piensa y siente. Conrguente con uno mismo primero, para después ser congruentes con los demás.
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