Este despertar de intepretaciones me llevó a pensar en algo. Normalmente cuando uno piensa en su edad (cualquiera que esta sea, no mencionemos el número para no ser mal educados!), piensa que tiene que actuar en función de esos años cumplidos. Ese actuar hace que se nos olvida es que para llegar a ese número (ok, 29. Ese es mi número, disculpa migomismo por haber sido un tanto mal educado contigo), tuve que pasar desde el 1 hasta llegar el 29, cruzando por el 16, 22, y el 28.
Fuimos (y somos) un ser en continua formación. Pensamientos, sentimientos y experiencias relevantes y clave en cada etapa de nuestra vida han dado como resultado lo que somos el día de hoy. Es decir, yo soy la suma de 29 "yo's". Los otros 28 con sus pensamientos, sentimientos y experiencias dieron y dan forma al 29, así como el 29 ayudará a dar forma al 30. El punto es que me doy cuentas que esos "yo's" siguen estando presentes dentro de nosotros, no mueren (como una escalera que crece, los peldaños anteriores no desaparecen y son clave para sostener a los nuevos escalones que vamos agregando) y como partes que suman a un todo, hay que darles atención y cuidado porque su influencia y su permanencia, sostienen loo que somos ahora.
Ahora, no quiere decir que dar atención por ejemplo, al "yo" número 15, significa regresar a la preparatoria y comportarnos como un muchacho de 15 años, no. Pero sí significa dar atención a los sentimientos que estaban presentes en esa época.
Cuando vengo acá siento que 14 de esos "yo's" (que fueron los años que viví en esta casa) despiertan y hacen un poco de ejercicio. Me gusta que se muevan, el "yo" no. 29 los necesita en mejor condición.
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