Les pongo un ejemplo. Hace unas semanas, en fiesta de compañero oficinista, había para alimentarse, hamburguesas e instrumentos musicales (quien dijo que la alimentación es sólo física?). Las hamburguesas (e instrumentos musicales) acercaron a los que teníamos los mismas necesidades (unos por el catsup y las cebolla, y otros de un palomazo). En ambas búsquedas de saciedad, conocí a personas que admiraba desde hace tiempo (y no por su arte de agregarle la cebolla y la mostaza a un bien tostado pan!). Por unos minutos nos juntamos, y de ahí surgieron otras oportunidades, pequeños susurros, nuevos caminos. Coincidencias.
Pero también hay coincidencias que no vienen con instrumentos musicales y fast food norteamericano. Pero a esas, también hay que saber distinguirlas y después de reconocerlas, aceptarlas. Esas coincidencias nos van marcando decisiones que son más difícles de tomar, pero como diría mi maestra de 5° de primaria: "a fuerza, ni los zapatos entran" y hay que saber entender eso. Aunque a veces, estas son las más difíciles de distinguir, porque a veces lo que pareciera que no debe ser, será una posibilidad y algo grande, pero es muy difícil distinguirlo.
Del actuar propio (que es el reflejo inconsciente/consciente del actuar de los "otros") y de las coincidencias (que son las ganas -o falta de ellas- conscientes/ inconsciente de los "otros" por estar en nuestra vida) uno va haciendo su camino. Yo, y los "otros" ya estamos haciendo nuestro camino.
Hola, te busqué para platicar y no te encontré...