El primero fue por los 5 años que cumplí (que de hecho fueron 6, pero por trámites administrativos, para ellos sólo son 5) en la H oficina donde trabajo. La verdad que el regalo está bastante bien: Un reloj (espero que no sea para que vea todo el tiempo que paso en la H oficina! ja!). Agradezco, pero no me lo voy a poner. Y no porque no sea fan de los relojes (de hecho, lo soy. Tengo dos, pero no importa!), ni porque no me haya gustado (aunque debo decir que no soy muy seguidor de los relojes hechos principalmente de puro de algún metal), sino porque son cosas que vale la pena guardar (según mi ática -sí, de ático- forma de conservar las cosas!).
El segundo, fue una orquesta completa. Sí, había mandado pedir un DVD lleno de sonidos de instrumentos de orquesta, grabados fina y meticulosamente, para poder ser utilizados a la repegadísimagana de este su servidor, músico de salas (de estar, no de conicertos -aún!), y llegó el día de hoy (de hecho, estoy guardando a cientos de pequeños grandes músicos en mi computadora en este momento).
Y el tercero, fue el más interesante. Hoy, me regalé la verdad. Y de plano, me hizo sentir tan bien.
Que bueno que la época decembrina, ha empezado muy bien este año con los regalos!
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Es extraño que algo que piensas que te va a hacer mal, te hace bien (y viceversa). De plano, uno no sabe cómo reaccionarán sus trabajadores del último piso y piso medio.
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