Hace varios días se aterrizaba en esta pista, el cuestionamiento de por qué los seres humanos, pareciera que le tenemos tanto miedo a la verdad (y no es sólo a la verdad inhalada, sino en muchas ocasiones, también a la exhalada). Y es que tal vez es porque se piensa que al exponer la verdad, se exponen entonces las partes más sensibles de uno. Ese sentimiento de que al hacerlo, se le está dando las herramientas perfectas a los demás, para saber dónde (si ellos quisieran) lastimarnos. Es decir, miedo a la vulnerabilidad, a ser atacados.
Pero la realidad es que si exhalamos la verdad, nos anticipamos a cualquier situación de "peligro", ya que teniendo conocimiento de lo que sucede afuera (y adentro) de uno, si es que llegaran a suceder intentos de algún tipo de agresión, pues ya no serían por sorpresa (que son los que más fuerte pegan) y nos tomaría ya preparados. Es decir, la verdad nos hace más fuertes, y pues como diría cierta universidad mexicana: "La verdad nos hará libres".
No tengamos miedo a la verdad, a inhalarla, a exhalarla. Sólo hay que aprender bien hacer este ciclo.
En fin, debería terminar de arreglarme e irme a trabajar.
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