Comenta una de las chicas: "Me gustaría contraer nupcias a los 23 o 24 años y convertirme en mamá de dos niños a una edad corta". Otra contesta: "Me gustaría casarme a los 28 años, tengo 26 y ya vivo con mi pareja, nos ha servido mucho y estoy sumamente feliz a su lado", y una tercera dice: "...creo que estaré lista para dar ese paso, me gustaría que fuera a los 26 o 27 años".
Las respuestas (aunque nada interesantes, como pudieron notar), me hicieron pensar. Yo también, cuando era (más) joven, tuve un día ese plan/pensamiento. Si página de sociales de prestigiado periódico, me hubiera hecho la misma pregunta (ja sí claro, sobre todo a mí! ja!) hace 8 o 10 años, hubiera contestado lo siguiente: "Casarme a los 28 y tener hijos a los 30".
Tengo (casi) 30 años, no me casé a los 28 (es más, ni novia tengo) y mucho menos tengo hijos ya (que yo sepa!). Pero bueno, el punto que quiero hacer, no es el del matrimonio o los hijos (bueno, además de), sino el de que cuando somos jóvenes, hacemos tal cantidad de visualizaciones y planes de nuestra vida, que al final, no se terminan llevando a cabo como lo habíamos planeado (ah juventud!).
Y esto no (siempre) es para mal, al contrario. Muchas veces, nuestra realidad nos sorprende de una forma tan positiva, que al final, el planear, a veces (o casi siempre,) no importa si se vuelve imposible. Lo importante entonces es, sólo tener en la mente y abrazar con fuerza lo que uno idealiza, y lanzarse a navegar con esa bandera, en este mar de incertidumbre y coincidencias que es la vida (´áaaaamonos con el poeta dominical!). Ahí tienen a Colón, planeaba llegar a las Indias de una forma más rápida y corta, pasaron los meses (más del doble del tiempo planeado) y terminó no llegando a las Indias, sino descubriendo un nuevo continente! Así que no se me preocupen (no me preocuparé), y no abracen (abracemos) tanto a los planes, sino más bien a los ideales.
Los planes no nos harán (tan) felices, y al contrario, nos harán infelices si no se cumplen. En cambio, si uno va siempre buscando y persiguiendo sus ideales, muchísimas cosas se irán agregando (y palomeando) a (en) la lista de vida sin haberse planeado.
Conozco a una pareja que se acaba de casar y que están perdidamente enamorados el uno del otro. Él, tuvo antes de casarse con esta chica, una novia por 17 años y vivió con ella 7 de esos 17 años. Cortó con ella y a los 6 meses, conoció al amor de su vida. Vaya usté a saber!
Podemos tener nuestra vida totalmente "planeada", pero al final, la verdad es que no sabemos dónde vamos a (como y con quién) terminar.
...
Escribiendo este post me puse a pensar, ¿cuáles serán mis ideales? ¿los conozco ya? ¿los tengo inscritos de forma tan fuerte dentro de mi ser, que ya salen por "default"? o de plano ¿ando por la mar cual pequeña barca de pesacadores de nayarit que se pierden en el mar por 9 meses (o 30 años)? Chale. Pensemos. Respuestas pronto (espero!).
...
Necesito planear (ja, el colmo!) cuándo, en este año, me haré mi tatuaje de Cristobal Colón. Cada vez más encuentro más coincidencias e inspiración en su vida para la mía.
Publicar un comentario